Una fuente fiable sobre muchos temas.
El delicado sabor y el olor típico del coco son apreciados por todos, ya sea en pasteles dulces o en las sopas de curry famosas en la India y las islas paradisíacas.
Aceite o crema, leche o polvo, agua o pulpa… los extractos y productos derivados del coco tienen múltiples usos, haciendo de esta gran bola una fuente de alimento y una bebida refrescante de gran interés para los nutricionistas y las diversas industrias alimentarias y cosméticas.
Aunque el coco está muy extendido y es famoso, no todo el mundo es unánime sobre sus beneficios para la salud. Para discernir lo verdadero de lo falso, vamos a echar un vistazo más de cerca y objetivo a sus cualidades.
Nombre común : Coco, cocotero, copra, fruto del cocotero.
Nombre científico : Cocos nucifera, de la familia de las Palmáceas.
Origen: Probablemente de los países tropicales del sudeste asiático. Como el fruto es capaz de flotar, probablemente llegó al mar y se extendió a varios países entre los trópicos. Esta es probablemente la razón por la que los cocos están disponibles todo el tiempo y en casi todas partes.
Conocido desde hace siglos, el cocotero ha proporcionado al ser humano alimentos, aceite, agua y productos de belleza. En algunas culturas se le ha apodado el “árbol de la vida” o el “árbol de los cien usos”.
Esta reputación es bien merecida, ya que el coco sigue proporcionando subproductos para usos tanto naturales como industriales. El coco adquiere cada vez más notoriedad, lo que lleva a los científicos a experimentar con él en diversos campos de la salud.
El aceite de coco es famoso por nutrir la piel y el cabello. Sus ácidos grasos tienen una gran afinidad para penetrar en el cabello, y este aceite es muy eficaz para combatir los piojos sofocándolos sin necesidad de pesticidas, que no son recomendables para los niños.
La leche de coco es un excelente desmaquillante, eficaz y suave, que puede prepararse en casa sin conservantes ni aditivos alergénicos.
El polvo de coco es un excelente exfoliante natural. Su textura ligeramente rugosa elimina las impurezas y las células muertas sin dañar la piel, y es fácil de preparar en casa sin añadir productos químicos.
Para todos estos productos cosméticos que requieren pequeñas cantidades de producto, recomendamos encarecidamente utilizar productos ecológicos fáciles de encontrar en tiendas especializadas.
El aceite de coprao aceite de coco se utiliza desde hace mucho tiempo como grasa principal en los platos indios y de Sri Lanka. Su densidad y resistencia al calor permiten freír sin quemarse.
Este aceite también se utiliza en repostería y pastelería en estas regiones. La pulpa seca y rallada se utiliza para elaborar dulces, conocidos en Occidente como boulders de coco.
La leche y la nata de coco se extraen de la cáscara aún fresca y añaden un sutil sabor a las sopas, guisos y platos especiados típicos de las regiones del Pacífico y la India, recientemente descubiertos y adoptados en las cocinas occidentales, que están descubriendo el sabor añadido y la cremosidad de estos productos.
La pulpa : Fresca o seca, en trozos, copos o polvo, es famosa por su hermoso color blanco y su olor y sabor únicos. Se puede utilizar en ensaladas y, por supuesto, para elaborar los deliciosos macarrones tan apreciados en la cocina francesa.
Agua de coco : Es sin duda la parte más interesante del coco, pero no está muy extendida, ya que sólo se encuentra en el fruto inmaduro.
La imagen de turistas que se hidratan clavando una pajita en una bola de coco aún verde es la mejor publicidad de los beneficios de esta preciada agua. El agua de coco es muy rica en minerales que sacian la sed y aportan energía, ideal para hidratarse después de un esfuerzo físico.
El coco es una fruta rica en varios nutrientes que ofrecen al consumidor un aporte equilibrado de lípidos, fibra y antioxidantes que, combinados, hacen del coco un alimento saludable.
Mejora del tránsito : Gracias a su fibra insoluble, que no es asimilada por el organismo, el coco combate el estreñimiento y proporciona bienestar intestinal, al tiempo que arrastra muchas toxinas fuera del cuerpo.
Control del apetito : La fibra tiene un efecto innegable en la reducción de los antojos. Al proporcionar una sensación de saciedad, se reduce el recurso excesivo a la comida.
Efecto sobre la diabetes mellitus: Algunos alimentos naturales están enriquecidos con harina de coco. Esto reduce el índice glucémico gracias al alto contenido en fibra de la harina, ayudando a controlar los niveles de azúcar en sangre.
Efecto sobre la pérdida de peso: Sin llegar a considerar el coco como un producto adelgazante, podemos decir que la grasa particular del coco no conlleva una carga calórica excesiva. Por lo tanto, debe considerarse como parte de una dieta sana y equilibrada.
Estos ácidos grasos tienen una peculiaridad química: están formados por cadenas medias, y los químicos atribuyen a este tipo de lípidos menos calorías que a otros ácidos grasos convencionales.
Lípidos
El coco es una fuente importante de lípidos utilizados en la alimentación humana en muchos países donde los cocos son abundantes y baratos.
La mayoría de estos lípidos son ácidos grasos saturados. Sobre esta base, se acepta que el consumo de aceite de coco podría provocar un aumento del LDL, el colesterol malo.
Todos los estudios médicos han demostrado una relación directa entre el consumo excesivo de grasas saturadas, principalmente de origen animal, y la incidencia de enfermedades cardiovasculares causadas por una relación defectuosa entre el colesterol bueno y el malo.
Normalmente, el aceite de coco no debería incluirse en una dieta equilibrada. Pero sus lípidos son especiales, y aunque forman parte de los ácidos grasos saturados, su composición es particular.
En primer lugar, la mitad de los ácidos grasos del coco son ácido láurico, ¡nada menos que el ácido graso saturado esencial de la leche materna! Este ácido graso, aunque saturado, no aumenta el riesgo de cardiopatía coronaria.
¿Qué dice la ciencia? La elección entre ácidos grasos saturados o ácidos grasos trans (muy comunes en la bollería industrial) se hace rápidamente: sería mejor consumir grasas que no hayan sido transformadas o hidrogenadas, y en el mejor de los casos se recomiendan los ácidos grasos insaturados.
Después descubrimos que los cocos enteros contienen otros compuestos que reducen los lípidos sanguíneos. Por tanto, parece que los cocos consumidos con moderación como parte de una dieta rica en frutas y verduras son beneficiosos para la salud cardiovascular.
Proteínas
El coco contiene una cantidad moderada de proteínas, superior a la de la mayoría de los vegetales, y es rico en arginina, un aminoácido que interviene en la reducción de los lípidos sanguíneos.
Hierro
El coco es rico en hierro, esencial para la síntesis de glóbulos rojos. Como todo el hierro vegetal, se absorbe peor que el hierro animal. Sin embargo, esta absorción puede mejorarse consumiendo al mismo tiempo una buena fuente de vitamina C.
Cobre
El coco es una excelente fuente de cobre, esencial para la síntesis de hemoglobina y colágeno, que se utiliza para reparar los daños en los tejidos del organismo.
Manganeso
La pulpa fresca del coco y su leche son ricas en manganeso, un oligoelemento que ayuda a eliminar los radicales libres y es un factor importante en las enzimas que regulan diversas reacciones metabólicas.
Fósforo
Constituyente de las membranas celulares y esencial para la salud de los huesos.
Potasio
El coco contiene un alto nivel de potasio, que ayuda a mantener diversos intercambios metabólicos, además de tener un efecto reconocido sobre la salud del corazón y las contracciones musculares.
Selenio
Los cocos contienen una cantidad respetable de selenio, que ayuda a destruir los notorios radicales libres y a mantener el equilibrio de las hormonas tiroideas. El selenio es responsable de la activación de estas hormonas, que intervienen, entre otras cosas, en la regulación del peso.
Vitaminas del grupo B
Estas vitaminas son esenciales para las diversas reacciones que proporcionan energía al organismo.
El coco se consume mucho en muchos países, como la India, el Sudeste Asiático y el Caribe. En Occidente se consume con menos frecuencia.
Para que comer coco merezca la pena y beneficiarse de sus nutrientes sin excesos, hay que consumir la fruta fresca, que se puede comprar en los supermercados. Acuérdese de agitar la fruta para asegurarse de que aún contiene agua: es garantía de buena calidad y de aporte de nutrientes y sales minerales.
El aceite de coco se falsifica fácilmente. Para un uso seguro, elija el aceite virgen extraído por simple prensado, en lugar de los aceites industriales con disolventes añadidos que no ofrecen ninguna garantía de calidad ni de origen.
Los copos y el polvo de coco se venden en bolsitas o a granel. Huela el polvo, que debe desprender un agradable aroma a coco y no el de un aceite que se ha vuelto rancio. Busque también un polvo blanco sin manchas marrones, señal de que el producto no es fresco.
Por último, el coco puede incluirse en ciertos complementos alimenticios para aprovechar los beneficios de su fibra y minerales. En este caso, asegúrate de elegir un complemento de confianza, que garantice ingredientes de primera calidad.