Una fuente fiable sobre muchos temas.
A lo largo de los años, los investigadores científicos no han dejado de estudiar el impacto negativo de ciertos hábitos sedentarios, como la inactividad física, sobre la salud humana.
La obesidad y el sobrepeso, junto con muchos otros factores como el tabaquismo y la falta de sueño, representan factores de alto riesgo que pueden provocar numerosas enfermedades crónicas.
Está claro que una dieta sana y un mínimo de actividad física son la clave para deshacerse del exceso de peso y mantenerse en buena forma.
La pregunta es: ¿qué es un mínimo de actividad física?
Según los investigadores, este mínimo corresponde a 150 minutos de actividad física moderada a la semana. De hecho, según las autoridades sanitarias oficiales, un adulto debería realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, con al menos dos sesiones de actividad intensa.
Sin embargo, lo ideal sería hacer ejercicio durante 300 minutos.
Esta directriz se basa en el supuesto de que todos realizamos una actividad física informal todos los días (caminar, ir de compras, subir y bajar escaleras, etc.).
Sin embargo, esto no se aplica a todo el mundo. Algunos de nosotros tenemos una más sedentaria que les obliga a moverse menos. El trabajo de oficina y la tecnología, con todas las comodidades que conlleva, han acabado con cualquier tipo de esfuerzo físico.
Siempre según estos investigadores, una persona que pasa todo el día sentada en el trabajo o en casa, incluso yendo al gimnasio de vez en cuando, tiene más probabilidades de contraer una enfermedad crónica que alguien activo.
La inactividad física es simplemente cuando no se está de pie o en movimiento. En otras palabras, es cuando estás en un estado de inercia.
Estar sentado en un escritorio, ver la televisión o viajar en coche son ejemplos de inactividad física.
El número de horas que pasamos sentados y la duración de estos periodos de inactividad tienden a afectar a nuestra salud. E incluso quienes respetan las pautas sanitarias mínimas de 150 minutos a la semana no son inmunes a los peligros de la inactividad física prolongada.
La inactividad física puede afectar a nuestra salud de varias maneras.
Puede afectar a los niveles de azúcar en sangre, la insulina, el colesterol HDL (bueno), los triglicéridos, el peso y la tensión arterial.
Los estudios han demostrado la relación causal entre la inactividad prolongada y las enfermedades cardiovasculares.
Otros estudios también han examinado la relación entre la inactividad y el riesgo de muerte prematura.
En conclusión, cuanto más inactivo sea físicamente, mayor será su riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
No existe una regla general que defina los límites de la inactividad física. Sin embargo, es aconsejable pasar al menos de 1 a 2 minutos por hora de pie, además de los 150 minutos semanales de actividad física moderada.
Si su estilo de vida es sedentario, puede aprovechar los siguientes consejos para mejorar su salud y mantenerse activo durante el día.
No olvide fijarse un objetivo diario que deberá ir aumentando gradualmente.